26.11.06
Las nociones elementales de armonía
Las nociones elementales de armonía están metidas en las máquinas.
Forman parte ya del oído primario: nos indican si se puede o no acceder a algo.
Nos llaman en terceras ascendentes y saludan con terceras descendentes.
Están dándoles lecciones de solfeo a las ambulancias públicas y
variaciones sobre el mismo tema a las ambulancias privadas.
(ambulancia: qué palabra alcancía, ¿no?).
Los jueguitos electrónicos son los virtuosos de esas escuelas de solfeo.
Los cederoms son los guardianes o los porteros o los bibliotecarios,
no recuerdo muy bien, ya que perdí la memoria uno de esos días
y es por eso que no puedo olvidarla.
En cambio hay una máquina escondida por cada músico.
Una escondida estrategia, hay en cada músico de estos tiempos, de técnicas y cachivaches.
Técnicas y cachivaches que están abiertamente expuestos, ahí al sol o al ocaso,
y, sin embargo, ante la polución de objetos, se esconde el uso del usuario.
Hay 53.458 que usan A13K; 20.195 que usan B7R5 y asi siguiendo...
Pero, hay allí, un uso exclusivo de las combinaciones posibles:
Cada uno, en silencio, evalúa y estudia material que no sale de libros de estudio, sino de revistas hechas para que todo el mundo entienda.
Cada uno elige su propia configuración, en secreto y le pregunta a todo el mundo y todo el mundo le responde y él es también todo el mundo cuando responde otros requerimientos desinteresadamente.
Todo al sol. Ahí. Todo al ocaso. Ahí también.
Es que ese trabajo solitario donde uno solo se consigue y se cocina solo en su propia ollita, es como un imperativo. Todos descubren. Todo es ocultado.
(Hamburgo, 1999. Publicado por primera vez en la revista ASOLA de la Asociación Latinoamericana de Hamburgo, recordado grupo al que pertenecí en esa época)
Forman parte ya del oído primario: nos indican si se puede o no acceder a algo.
Nos llaman en terceras ascendentes y saludan con terceras descendentes.
Están dándoles lecciones de solfeo a las ambulancias públicas y
variaciones sobre el mismo tema a las ambulancias privadas.
(ambulancia: qué palabra alcancía, ¿no?).
Los jueguitos electrónicos son los virtuosos de esas escuelas de solfeo.
Los cederoms son los guardianes o los porteros o los bibliotecarios,
no recuerdo muy bien, ya que perdí la memoria uno de esos días
y es por eso que no puedo olvidarla.
En cambio hay una máquina escondida por cada músico.
Una escondida estrategia, hay en cada músico de estos tiempos, de técnicas y cachivaches.
Técnicas y cachivaches que están abiertamente expuestos, ahí al sol o al ocaso,
y, sin embargo, ante la polución de objetos, se esconde el uso del usuario.
Hay 53.458 que usan A13K; 20.195 que usan B7R5 y asi siguiendo...
Pero, hay allí, un uso exclusivo de las combinaciones posibles:
Cada uno, en silencio, evalúa y estudia material que no sale de libros de estudio, sino de revistas hechas para que todo el mundo entienda.
Cada uno elige su propia configuración, en secreto y le pregunta a todo el mundo y todo el mundo le responde y él es también todo el mundo cuando responde otros requerimientos desinteresadamente.
Todo al sol. Ahí. Todo al ocaso. Ahí también.
Es que ese trabajo solitario donde uno solo se consigue y se cocina solo en su propia ollita, es como un imperativo. Todos descubren. Todo es ocultado.
(Hamburgo, 1999. Publicado por primera vez en la revista ASOLA de la Asociación Latinoamericana de Hamburgo, recordado grupo al que pertenecí en esa época)
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1 comentario:
Estaba a punto de pasar en limpio un texto que tiene que ver con las máquinas de otra manera que ésta y me dí cuenta que es necesario que empiece a compartir mis primeros escritos con ustedes. No se me da muy bien el orden cronológico por ello seguiré saltando de época a época que para eso estamos.
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