18.1.07

Algunas músicas comienzan a delinearse



desde una duración. Un armatoste sencillo, sostén de la obra, descartado luego y que el compositor, sin embargo, vuelve a imaginar unas cuantas veces después de completado el tiempo de cocción, confección, construcción o creación, según el punto de partida elegido. El mismo que el oyente o público reclama como propio desde el primer contacto, la mayoría de las veces. Casi como la firma de su escucha.

1 comentario:

Gabriel Cerini dijo...

El final de este texto tiene una bibliografía particular: el libro Escucha de Peter Szendy, cuya lectura recomiendo vivamente.