8.6.08

Ferneyhough, muy al vuelo

Sensación global superior a la de cada obra por separado. Sí, trabaja sobre los límites de lo tocable pero todavía más sobre los límites de lo audible. Masas sonoras sin silencios. Poca discriminación interna, creo que por interpretación no muy segura. Lo mejor es que se arrastra esa sensación de dolor sonoro que hace que el oído se entretenga con los sonidos del metro y de la calle y los retenga como música. Todo se descoloca hasta el punto de la sensación de desaparición de los bordes. Pero se va muy pronto. Lo peor: esa “complejidad extrema” se “borronea”, desdibuja y convierte en garabato más o menos uniforme que arrasa con la noción misma de complejidad, tanto auditiva como desde el punto de vista de la interpretación que pierde distinción en dos sentidos: el de diferenciación y el de elegancia, elevación sobre la vulgaridad.
[sensaciones directas de la audición de un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, Sala Sinfónica, 22-01-2004]

1 comentario:

gabriel dijo...

quiero aclarar, por las dudas, que no pongo las obras en cuestión por dos motivos:
1) no es una crítica sino una sensación directa de un concierto.
2) más que nada tiene que ver con la interpretación que hicieron ese día. Meritoria por intentar hacer ferneyhough en España, pero deficiente porque le faltaba mucho ensayo.
He escuchado interpretaciones en Alemania que fueron muy buenas pero no se puede comparar porque las que escuché allí generalmente eran para instrumento solista.