1.11.16

Molde sin fijar




(la música) se moldea desde dentro, se modela con su propia sustancia, yendo y viniendo del conjunto al elemento y de la estructura al objeto.
Cuando un lenguaje se busca a través de sus mudanzas, hay que prescindir de las sintaxis prematuras y adivinarlo a fuerza de hacer y de escuchar. A veces brotará la comunicación. Entonces tendremos poco que decir ya que nuestro poder se habrá acrecentado y los sonidos se volverán música como una arquitectura que habla.

(Pierre Schaeffer - Solfeo de objetos sonoros)

30.9.16

Lecturas silenciosas

"Lecturas silenciosas" es el título de una partitura mía basada exclusivamente en textos que narran eventos que incluyen el oído como captador primario de experiencias perceptivas.

Será parte principal en el desarrollo del taller de Creación Musical que comenzaremos los jueves de octubre y noviembre en Biblioteca San Martín. Entre las 17:30 y 19:30 horas.

Trataremos de convertir los textos seleccionados en músicas compuestas por los participantes. Daré elementos para que esto sea posible, a partir de objetos encontrados de diversa procedencia y muchos posibles modos de acción.



"Todo lo que se cuenta sucede en el tiempo, arraiga en el mismo, se desarrolla temporalmente; y lo que se desarrolla en el tiempo puede narrarse. Incluso cabe la posibilidad de que todo proceso temporal sólo se reconozca como tal en la medida en que pueda narrarse de un modo o de otro". (Paul Ricoeur)




Lecturas silenciosas - Gabriel Cerini (2014)

Índice de textos utilizados en la partitura:



Ballard, James G. - Mitos del futuro próximo

Ishiguro, Kazuo - Nunca me abandones

Brook, Peter - El espacio vacío

Carpentier, Alejo - Los pasos perdidos

Quiroga, Horacio - Cuentos

Flaubert, Gustave - Bouvard y Pecuchet

García Lorca - Obras completas

Bernhard, Thomas - El frío

Ballard, James G - Zodíaco 2000

Perec, Georges- Tentativas de agotar un lugar parisino

Quignard, Pascal - El sexo y el espanto

Simone de Beauvoir - La mujer rota

Russell, Bertrand - Satán en los suburbios

Saer, Juan José - El limonero real

Arlt, Roberto - Los lanzallamas

Pessoa, Fernando - Libro del desasosiego

Sturgeon, Theodore - Los cristales soñadores

Ballard, James G - El día de la creación

Bolaño, Roberto - 2666

Calvino, Ítalo - Los amores difíciles

Flaubert, Gustave - Salambo

Calvino, Ítalo - Bajo el sol jaguar

Hesse, Hermann - Narciso y Goldmundo

Ballard, James G - La exhibición de atrocidades

Perec, Georges - Las cosas

Beckett, Samuel - Detritus

Juarroz, Roberto - Poesía vertical

Sturgeon, Theodore - Las estrellas son la estigia

Gombrovicz, Witold - Ferdydurke

Duras, Marguerite - El amor

Marechal, Leopoldo - Adán Buenosayres

Quignard, Pascal - El odio a la música

Sturgeon, Theodore - Más que humano

Strugatski, Arkadi y Boris - Qué difícil es ser dios

Calvino, Ítalo - El barón rampante

Sturgeon, Theodore - Violación cósmica

Marechal, Leopoldo - Megafón o la guerra

Ballard, James G - Vermillion Sands

Arlt, Roberto - El juguete rabioso

Caicedo, Andrés - Que viva la música

Aira, César - Un episodio en la vida del pintor viajero

Aira, César - Una novela china

Vonnegut, Kurt - Madre noche

Saer, Juan José - La mayor

Sturgeon, Theodore - Caviar

Carpentier, Alejo - El arpa y la sombra

Gombrovicz, Witold - El banquete

Borges, Jorge Luis - Ficciones

Mrozek, Slawomir - La mosca

Bataille, Georges - El azul del cielo

Dick, Phillip K - Los simulacros

Aldiss, Brian – Espacio y tiempo

DeLillo, Don – Punto Omega

DeLillo, Don - Jugadores

DeLillo, Don - La calle Great Jones

Gombrovicz, Witold - Cosmos

Gombrovicz, Witold - Diario argentino

Weil, Simone - La gravedad y la gracia

19.9.16

Automóviles: zen privado

De unas notas tomadas en Mallorca, mayo de 2000. Trabajaba en una empresa de "rent-a-car" con sede en el interior de la isla. Mi trabajo básicamente consistía en esperar clientes en el aeropuerto, hacerles el contrato respectivo, entregarles el auto y buscar el último que debían entregar en el día para volver a Cala Figueras (Santanyí, Mallorca). Siempre consideré esta labor como un entrenamiento para mi profesión de compositor. Esta y otras que tuve después. Básicamente tareas de coordinar horarios, personas, cosas y darles un orden temporal que no podía ser caprichoso, porque a su vez dependía de la disponibilidad de los otros. Personas, objetos, horarios, lugares. Un plan de composición y de trato con el "tiempo real".


"¿Qué se puede aprender de la Forma en estos días?

Sé que hay momentos donde todo se complica y no se puede ejercer el entusiasmo. Y esos claros repentinos donde sólo hay que esperar. Pero esas esperas, que son como claros del ritmo son como esta de ahora. Ocho y veinticinco. Me faltan dos contratos para hacer y tres coches que entregar y, por ahora, no se ven complicaciones. Tengo los tres autos y dos llaves más, para irme en uno de esos coches. Si tuviera solamente que esperar un coche no estaría todo así. Todo muy adentro de la Forma como para entenderla o, por lo menos, para describirla.

Un lugar nuevo para poner autos que funcionará hasta que nos digan que no se puede.

Yo miro todos estos lugares: el parking (con sus variaciones), la gasolinera, la campa, aquí delante, derecha o izquierda, el Punto de Encuentro y ahora éste que es "al lado de la Policía, donde están los coches que se lleva la grúa". Miro esos lugares y veo las combinaciones de situaciones que pueden darse. Aquí entra en juego eso de la riqueza indescriptible de posibilidades para el movimiento: minimalismo delirante".

6.9.16

Caligrama



En la representación del sonido entrante, a través de osciloscopios:

¿existen (realmente) dos que sean iguales y suenen distinto?

¿el sonido tiene su propia firma?

30.8.16

A Pierre ... del azurro ... rumore



Pierre Schaeffer

eslabón perdido

encontrado

perdido

encontrado

19.7.16

Breves anotaciones sobre mi pieza "Dialogal" (2015), para 5 flautas.

Partitura de "Dialogal".

Desde un bucle que va desde el comienzo de realización, con incontables notas y caminos diferentes. Desde que arrancó como Dialogal hasta que fue entregada, como una ofrenda, a sus intérpretes.

Reflexiones de este bucle que se romperá felizmente con su esperado estreno público.

Es decir, un buen momento para decir algunas cosas sueltas que vienen a cuento. Cosas que quedan suspendidas, como en un pacto, porque hablar de música no escuchada todavía es un acto de fe, en cierto modo. Como las fotos de concierto. Se ve .... pero no se toca. ¡¡¡Y, si no se toca, no suena !!!

La apuesta era construir un tango. Propuesta de género popular argentino, sin limitaciones estéticas. Beatriz Plana y Polo Martí, lanzan su propuesta de un "Mapa de música argentina para flauta". Y yo sentí esa responsabilidad. Esas ganas de cumplir.

Yo creo en los nombres de las obras. Sí. Son piezas pero también obras. Construcción de momentos sonoros futuros. Obras. Encuentro la obra cuando sé el nombre que va a llevar.

Pasan varios nombres a medida que la pieza va tomando forma. (como piezas de un Lego imaginario).

El comienzo fue: Primera vez. Los nombres del medio se van perdiendo.

El último y que dió cabida a la máquina final de su realización: Dialogal. Con un subtítulo:

Aire coloquial para 5 flautas.
Inspirado en la cadencia de una posible lectura
de "El almohadón de plumas" de Horacio Quiroga.

Swain (teórico del guión para cine) aconseja que se conserve en los diálogos un «factor de reticencia normal». Y ahí (recién ahí) se incorpora el ritmo del tango.

La inspiración final (origen del "programa" de composición) fue el cuento de Horacio Quiroga, en una voz encontrada. Una voz de audiolibro. (me queda de mi vida en Alemania un cierto amor por los textos leídos)

Esa voz grabada. Escuchada. Interpretada.

En cierta manera, esta música posible, es una traducción. Y, por supuesto, dicho esto en términos que terminan siendo un programa poético, una ventana nocturna.



1.6.16

Complejizador

Algunas anotaciones sobre mi uso de instrumentos fabricados para un tema y/o cosas encontradas reunidas con idéntica finalidad. Para el concierto del dúo TREN (Luz Casares y quien esto suscribe) el próximo 3 de junio, en La Nave Cultural, Mendoza (Argentina).

Complejizador para TREN (Gabriel Cerini-Luz Casares)

Concierto en La Nave Cultural. Mendoza. 3 de junio de 2016

Invitados en música:
José de Diego
Pedro Tomba
Invitados en imagen:
Inti Pujol
Mario Gabriel Vedia

Concepto básico:

Complejizador por oposición dialógica a Sintetizador. Una reunión de objetos con formas, modos de uso y posibilidades de distribución espacial bien concreta. Pensar los sonidos desde los encuentros cotidianos con materiales y modos de acción.
Están agrupados en Clangs (un primer nivel de estructuración, según James Tenney: "una estructura auditiva singular") dedicados a cada pieza musical. Aparecen desde un instrumento simple (Cordo, Tarro), agrupaciones binarias (Tubito-Flauta blanca), hasta conformaciones más complejas (set de agua, clang para Sordos Ruidos).

Algunos casos:

1. Set de agua


Para performance de dos intérpretes.

2. Bidones y tubo de polietileno.


Para interactuar con sonidos de ballenas en libertad y cautiverio y minisintetizador con cinta ribbon, Kaossynth.






3. Tubo de aluminio y flauta blanca.


Para tocar sobre secuencia electrónica realizada en Ableton LIVE y canto.





4. Set de "Sordos ruidos".


Para improvisar sobre secuencia base.

31.3.16

«Siéntate y escucha; y no pienses si has entendido»



Paco Yáñez. ¿Cree que, a pesar de ser un compositor tan asentado y conocido, persisten aspectos que no se comprendan de su música; quizás sambenitos como aquél de la «Música negativa» que había utilizado Hans Werner Henze?
Helmut Lachenmann. Depende para quién; quizás tú lo entiendas inmediatamente; quizás otro lo entienda de otro modo... No lo sé, no me siento incomprendido; a veces sí me siento muy atacado por gente, y no porque no comprendan, sino porque me comprenden. Pero se da el mismo problema con Schönberg; por eso hay gente que aún odia a Schönberg; no es que odien Pierrot Lunaire (1912) por ser incomprensible, lo comprenden muy bien, y creen que esa música no debe ser, no la quieren, desean que su salón de belleza sea puro, no quieren dar cabida a cosas extrañas en él. Si la gente está totalmente estandarizada, huye diciendo que no comprenden. Mi padre siempre me decía que no entendía lo que estaba componiendo; y yo le decía: «Siéntate y escucha; y no pienses si has entendido». (fragmento de la entrevista realizada por Paco Yáñez, en diciembre de 2015)

18.3.16

Glissando

GLISSANDO

como dos códigos puestos uno frente al otro en la misma frase (Barthes, S/Z)

20.1.16

Rojo.Azul (realización electrónica de "Aquí o allá -no en todas partes")



Realización electrónica fija de mi partitura "Aquí o allá (no en todas partes)" (1994). Esta versión es de 2014.
La partitura está conformada por 24 símbolos: 12 de color azul y 12 de color rojo.
La primera versión fue realizada con 2 sintetizadores y la proyección de diapositivas sobre la interpretación según correspondiera a uno u otro instrumento. Fue realizada en La Damasca (centro de arte multidisciplinario) en 1994, con la participación de los artistas plásticos Daniel Sifuente y Martha Mom y la actuación en performance de Beto Di Césare, con producción de Elides Asensio.



La segunda versión se realizó en Hamburgo en 1998 en la Casa Cultural Kolibri, con el compositor local Mauricio Izaza-Camacho.
En cualquiera de las versiones existe un primer acercamiento creando los sonidos para cada uno de los cuadros.
En el año 2009 realizamos otra versión con la compositora Cecilia Arditto en el marco del XXX Encuentro Internacional de Compositores en el Auditorio del Teatro Principal de Palma de Mallorca, organizado por la Fundación Area para la Creación Acústica.



Rojo-Azul from Gece 2016 on Vimeo.

19.1.16

la peligrosa manía de pensar (a la luz de faroles)


"Buenos Aires ni siquiera tenía puerto, sino una mala bahía, de donde había de alcanzarse la ciudad en una carreta tirada por caballos, escoltada por hombres a caballo, en hedor de caballos, olores de cuero bruto y trompetería de relinchos — obsesionante presencia del caballo que habría de imponerse al viajero, mientras permaneciera en el continente cuyo suelo hollaba por vez primera. A la luz de faroles traídos por los vecinos, fue recibida la misión apostólica en la ciudad huérfana de obispo desde hacía mucho tiempo. La primera impresión de Mastaï fue desastrosa. Las calles, ciertamente, eran rectas, como tiradas a cordel, pero demasiado llenas de un barro revuelto, chapaleado, apisonado y vuelto a apisonar, amasado y revuelto otra vez, por los cascos de los muchos caballos que por ellas pasaban y las ruedas de las carretas boyeras de bestias azuzadas por la picana. Había negros, muchos negros, entregados a anulares oficios y modestas artesanías, o bien de vendedores ambulantes, pregoneros de la buena col y la zanahoria nueva, bajo sus toldos esquineros, o bien sirvientes de casas acomodadas, identificables éstos por un decente atuendo que contrastaba con los vestidos salpicados de sangre de las negras que traían achuras del matadero —ese matadero de tal importancia, al parecer, en la vida de Buenos Aires, que llegaba Mastaï a preguntarse si, con el culto del Asado, el Filete, el Lomo, el Solomillo, el Costillar —o lo que algunos, educados a la inglesa, empezaban a llamar el Bife— el Matadero no resultaría, en la vida urbana, un edificio más importante que la misma Catedral, o las parroquias de San Nicolás, La Concepción, Montserrat o La Piedad. Demasiado olía a talabartería, a curtido de pieles, a pellejo de res, a ganado, a saladura de tasajo, de cecina, a sudor de ijares y sudor de jinetes, a boñiga y estiércol, en aquella urbe ultramarina donde, en conventillos, pulperías y quilombos, se bailaba La Refalosa y el ¿Cuándo, mi vida, cuándo?, intencionada danza que sonaba, en aquellos días, a todo lo largo y ancho del continente americano, a no ser que, tras de paredes, se armara la bárbara algarabía de tambores aporreados en “tangos” —como aquí los llamaban— por pardos y morenos. Pero, al lado de esto, florecía una auténtica aristocracia, de vida abundosa y refinada, vestida a la última de París o de Londres, afecta a brillantes saraos donde se escuchaban las más recientes músicas que se hubiesen oído en los bailes europeos, y, en días de festividades religiosas, para halagar al joven canónigo nunca faltaban voces de lindas criollas que le cantaran el Stabat Mater de Pergolesi. Pero, por desgracia, las modas ultramarinas, de adorno, entretenimiento o civilidad, nunca viajan solas. Y con ellas había llegado aquí la “peligrosa manía de pensar” —y sabía Mastaï lo que decía, al calificar de “peligrosa manía” el afán de mucho buscar verdades y certezas, o posibilidades nuevas, donde sólo había cenizas y tinieblas, noche del alma. Ciertas ideas habían cruzado el ancho océano, con los escritos de Voltaire y de Rousseau —a quienes el joven canónigo combatía por caminos oblicuos, calificándolos de escleróticos y rebasados, negando toda vigencia a libros que tenían ya más de medio siglo de edad. Pero esos libros habían marcado muchos espíritus, para quienes la misma Revolución Francesa, contemplada en la distancia, no resultaba un fracaso. Y buena prueba de ello era que Bernardino Rivadavia, Ministro del Gobierno, consideraba con suma antipatía la estancia en Buenos Aires de la misión apostólica. Liberal y seguramente francmasón, hizo saber al Arzobispo Muzi que le estaba prohibido proceder a confirmaciones en la ciudad, invitándosele a proseguir el viaje cuanto antes —viaje que, además, trató de amargarle de antemano, insinuando que acaso los emisarios de la curia romana no serían recibidos en Chile con tantos honores como esperaban. Así, a mediados de enero de 1824, los clérigos salieron al camino, en dos anchas carrozas, seguidas de una tarda carreta donde se amontonaban los baúles, fardos y pertrechos —a más de camas y enseres de primera necesidad que difícilmente se hallarían en los tambos de las remudas de bestias, donde harto a menudo les sería forzoso dormir, a falta de alguna hacienda hospitalaria. Bien aconsejados por compadecidas personas que mucho criticaban la impía incivilidad de Rivadavia —quien no había ofrecido ayuda oficial alguna a la misión— los viajeros llevaban abundantes provisiones de boca: granos, patatas, chalona, tocino, cebollas y ajos, limones para suplir el vinagre que era infecto en las fondas del país, y varias bombonas de vino, aguardiente y mistela. “¡Y dicen que los prelados sólo se nutren de finas truchas y pasteles de alondras!” —observaba Giovanni Muzi, riendo." (Alejo Carpentier - El arpa y la sombra)

5.1.16

Instrumento en la pared



Un instrumento en la pared tiene luz

Suena desde la pared

en otro sitio.


Hay luces casuales, aunque menos casuales

que la luz que sale del instrumento musical

de viento. Esas luces son acordes

no sé si musicales. También hay una luz

abajo del ser antiguo de Fausto Marañón.


Movimiento de las luces para una música de silencios

estampados, flotantes, primitivos,

circunstanciales. Parte de un teatro posible y efímero.