28.11.09

Primeras impresiones del concierto de Mallorca.

Aquí estoy en un lugar de ensueño. En la mitad geográfica de Mallorca tirando hacia el norte. En Búger, sede del Area Creatió Acústica, institución-casa-proyecto utopista que dirige Antoni Caimari i Alomar (la coincidencia de siglas no es tal). Escribo con onda mail, con el cuadro recién hecho y la pintura fresquita.
No voy a hacer crítica de obras porque la manera que tengo para hacerlo es entre amigos después de haber visto todos lo mismo. Es decir, sé criticar, departir, debatir, intercambiar, etc., sobre algo que no necesito recensionar o elaborar como crónica.
Salió una primera parte de Plan B. Me encantó ver trabajar a Cecilia Arditto que es una compositora talentosa, sensible y perfeccionista. Su interpretación de mi obra "Moratalaz y Vicálvaro" fue realizada con mucha dedicación y con la mejor onda. Mi parte con la construcción del instrumento en escena vuelve con varias ideas nuevas. Muchas cosas para mejorar y, sobretodo la sensación de que esta obra funcionará mejor al aire libre (o en teatro con modificaciones, especialmente en el trabajo de luces que no estuvo bien resuelto).
La tercera vez que interpreto mi obra in progress "Aquí o Allá (no en todas partes)" contó con la dedicada y muy convincente interpretación de Modesto Lai en manejo de objetos y percusión y de Cecilia en manejo de proyectores de diapositivas igualmente sensible y elocuente. Yo también estuve ahí con percusiones varias.
La novedad, después de 11 años sin hacerla (la última vez fue en Hamburgo con el compositor colombiano Mauricio Izasa-Camacho en 1998) fue el elegir los objetos de una caminata entre dos pueblos mallorquines y no en la preprogramación de sintetizadores. Hubo, quizás, una mayor sutileza escénica y menor riqueza sonora. Creo que de acá saco, por fin, la idea de dejarla escrita en partitura.

17.11.09

rizoma

El rizoma conecta cualquier punto con otro punto cualquiera, frente al árbol o sus raíces. El árbol como imagen del mundo invoca la lógica binaria y la ramificación dicotómica, incluso en la gramática generativa de Chomsky. Pero de lo que se trata es de ir más allá de esta lógica de la bivalencia que ha tenido prisionero al pensamiento occidental desde hace siglos.

El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple. Está hecho de dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, sino un medio por el que crece y desborda. Constituye multiplicidades lineales de n dimensiones, sin sujeto ni objeto, distribuibles en un plan de consistencia del que siempre se sustrae lo Uno (n-1).

El rizoma sólo está hecho de líneas de segmentaridad, de estratificación, como dimensiones, pero también línea de fuga o de desterritorialización. El rizoma no es objeto de reproducción; es una antigenealogía, una memoria corta o antimemoria. Frente a los calcos y todo procedimiento mimético, el rizoma tiene que ver con un mapa que ha de ser producido, construido, siempre conectable, alterable, con múltiples entradas y salidas, con sus líneas de fuga.

El rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante, definido sólo por una circulación de estados.

En el rizoma está en juego una relación con la sexualidad, con el animal, con el vegetal, con el mundo, con el libro, con todo lo natural y lo artificial, frente a la relación arborescente.

Un rizoma está hecho de mesetas. Meseta como región continua de intensidades, multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales, a fin de formar y extender un rizoma. Escribir un libro como un rizoma... y componerlo de mesetas... mil, por ejemplo. Escribir a dúo, escoger una meseta, trazar líneas aquí y allá, trazar círculos de convergencia. Cada meseta puede leerse por cualquier sitio, y ponerse en relación con cualquier otra. Para lograr lo múltiple se necesita un método que efectivamente lo haga; y no valen habilidades léxicas, ingenio tipográfico, combinación o creación de palabras. Esto sólo son procedimientos miméticos destinados a diseminar o romper una unidad que se mantiene en otra dimensión para un libro-imagen. Tecnonarcisismo. Es difícil lograr la ruptura, dar el salto y moverse en la multiplicidad, escapar de lo Uno o de la unidad oculta. Los autores reconocen que no lo han conseguido, dicen haber empleado palabras-mesetas, que a su vez son conceptos, conceptos que son líneas.

Sólo hay agenciamientos maquínicos de deseo, como también agenciamientos colectivos de enunciación.

Nomadología, no historia. Rizoma, no raíz—no plantar nunca. No sembrar, horadar.

(...)

[Gilles Deleuze-Felix Guattari, Rizoma. Introducción]

3.11.09

Moratalaz y Vicálvaro.

Como una especie de alusión a personajes de ópera. Quizás como detrás de la escena de alguna ópera o de los atributos de óperas del verismo italiano. La cuestión es que Moratalaz y Vicálvaro es la obra que estreno en Mallorca el 25 de noviembre próximo y no es una ópera en el sentido convencional antes esbozado pero sí es una ópera en un sentido más próximo a la música de Luigi Nono.

Es una obra escénica para caminadora (Cecilia Arditto, a quien está dedicada) y tubo de polietileno.

Cecilia debe caminar el escenario de acuerdo a cuatro recorridos diferentes, estratégicamente diferentes. En el primero, deberá marcar su territorio. En el segundo, desplegarse desde un punto describiendo un rodeo semejante a una espiral hacia la izquierda y terminando hacia la derecha del punto de partida. El tercero partirá de un punto e irá hacia otro lugar para regresar al punto de partida antes de iniciar un nuevo despliegue. En los primeros tres la caminadora solista deberá empuñar una linterna que está siempre encendida marcando sus pasos. La novedad es que en el cuarto y último la linterna es apagada y encendida, por ello veremos su sendero como no lineal. Cada vez que la linterna es apagada se producirá un corte en su, hasta ese instante continuo trayecto o fraseo.

De la parte del tubo de polietileno que interpretaré (¡Oh!) yo mismo quiero destacar dos cosas. La primera es que el instrumento lo deberé construir en el transcurso de la obra. Sobre unos 25 m de tubo de polietileno tendré que recortar 3 m y darle forma de instrumento de viento semejante a la tutruca de la música folklórica chilena, boliviana y peruana (y a otros, de otras latitudes, en el Tibet hay unos buenísimos, etc). La segunda es que el tiempo lo marca la parte de la caminadora, cuya partitura está escrita en cantidad exacta de pasos pero que tiene cierta libertad para darle el tempo que quiera darle a la obra. Es decir que la parte del tubo de polietileno está escrita en notación tradicional supeditada no a un tiempo cronológico sino a un tiempo humano y de ciertos ritmos propios del caminar.

El nombre de la pieza viene de dos lugares geográficos de Madrid muy cercanos a Vallecas, donde realicé los primeros diseños de estos caminares. Como casi siempre sucede con mis proyectos, no vienen solos, así que derivará en una serie de trabajos cuyo futuro apenas puedo adivinar.