26.12.13

Superficie

Agudo. Dulce. Lo que invita a seguir. En todo caso, dar vueltas a lo ancho y a lo largo del asunto en cuestión. Tocar la superficie de las cosas. Profundizar a veces es romper. En todo caso dar vueltas.

19.12.13

Sobre "los paradójicos"

son instrumentos que no suenan pero agitan el aire. Hay componentes poéticos y visuales, la mayoría de las veces los utilizo para acompañar grabaciones sonoras. Por ejemplo, "Un sonido antiguo" (versión Amsterdam, 4 de octubre de 2008 con la bamda T.I.T.O., por Transindustriell Toy Orchestra) o la de "Fenomenal" (Museo de Arte Moderno de Mendoza, 13 de octubre de 2012). Algunos: "chimes de seda", es un trozo de tela (podría ser seda por la forma en que se despliega en el aire). El modo de acción es agitar, como una chapa de acero u otro instrumento similar; "baquetas de aire", baquetas reales, encontradas o fabricadas, para golpear el aire. Cito estas dos porque sus componentes visuales son efectivos. Es fácil ver una relación entre el evento físico escénico y los componentes electrónicos. Es decir, la interpretación es poética, clara, de "buena forma" (para citar a la gestalt psicologie). Otros dos posibles tienen problemas escénicos de interpretación que pueden resolverse con un trabajo actoral más virtuoso, menos intuitivo: La "rama-cello", donde hay que apelar al tacto, al mero contacto de yemas de los dedos y su deslizamiento en la superficie de la rama. La "botella de viento", una especie de instrumento de viento cuyo soplido no sale como sonido sino que queda en silencio. Otros: (algunos ya los hice hace años) El "cartoneón", una especie de bandoneón de cartón. La primera versión era de un cartón corrugado que así solo ya era un instrumento para utilizar en plan concierto. Se me ocurre otra versión con láminas de cartón unidas por cinta de embalar (de papel o tela). El "arco de brazo", un arco que puede ser más o menos flexible (buscar posibilidades) para pasar con mano derecha sobre el antebrazo izquierdo. Cito la amable nota de Cecilia Arditto en Amsterdam http://lacocinadece.blogspot.com.ar/2008/11/gabriel-cerini.html

16.12.13

Otra vez lunes

Las partituras son como libros de ensayo. Digo esto con una mesa redonda llena de papeles sueltos de lo que está por ser una partitura para mezzosoprano y objetos (para Moxi Beidenegl)(ya falta poco Moxi !!!). Todo desplegado en varias escenas que en principio iban a ser 3 y ya vamos por 7 u 8. Es algo parecido al trabajo armónico de otros años. Tengo que unir el movimiento de objetos y el canto y decisiones sobre la luz de un velador y una linterna e intentar que no sea un pastiche. Muchas músicas salen de repente. Otras tienen procesos muchísimo más largos. Otras vuelven y se reescriben o son un trabajo que se va reinventando (work in progress). Y hay una que recuerdo ahora por lo especial: una música electrónica mía intervenida al piano por Ana Foutel. Un honor tratándose de Ana (que es una Maestra). Se trata de mi "Pieza de salón" que tuvo una primera versión con sinte en vivo y electrónica, allá por el 94 en el Museo de Arte Moderno de Mendoza, en el marco de la Muestra No-Con (Arte no convencional). Luego pasó a formar parte del Ensamble de Nuevas Músicas de Lüneburg, dirigido por el profesor Helmut W. Erdmann y de los conciertos en el Area para la Creación Acústica de Mallorca (Islas Baleares).

26.11.13

Imposición al futuro

"Había reventado, pues, la nube en lluvia, cuando andaba yo detrás de la gran sala de conciertos, en aquella acera larga que no ofrecía el menor resguardo al transeúnte. Recordé que cierta escalera de hierro conducía a la entrada de los músicos, y como algunos de los que ahora pasaban me eran conocidos, no me fue difícil llegar al escenario, donde los miembros de una coral famosa se estaban agrupando por voces para pasar a las gradas. Un timbalero interrogaba con las falanges sus parches subidos de tono por el calor. Sosteniendo el violín con la barbilla, el concertino hacía sonar el la de un piano, mientras las trompas, los fagotes, los clarinetes, seguían envueltos en el confuso hervor de escalas, trinos y afinaciones, anteriores a la ordenación de las notas. Siempre que yo veía colocarse los instrumentos de una orquesta sinfónica tras de sus atriles, sentía una aguda expectación del instante en que el tiempo dejara de acarrear sonidos incoherentes para verse encuadrado, organizado, sometido a una previa voluntad humana, que hablaba por los gestos del Medidor de su Transcurso. Este último obedecía, a menudo, a disposiciones tomadas un siglo, dos siglos antes. Pero bajo las carátulas de las particellas se estampaban en signos los mandatos de hombres que aun muertos, yacentes bajo mausoleos pomposos o de huesos perdidos en el sórdido desorden de la fosa común, conservaban derechos de propiedad sobre el tiempo, imponiendo lapsos de atención o de fervor a los hombres del futuro". [Alejo Carpentier. Los pasos perdidos]

21.11.13

Sueltos del día

Un nombre para una música que no voy a hacer: "La expansión de la lectura silenciosa". Entre otros motivos porque forma parte de una nota periodística. O sea que no es mío, pero dan ganas de robarlo. Robar un título es como seguir un programa ajeno que, en definitiva,nunca se puede estar totalmente seguro de no estar cumpliendo. Esos designios propios escritos por otros, al azar o más o menos. Al azar Baltazar es una película de Robert Bresson que estoy bajando. No importa a qué viene esto porque el verdadero azar es así. Lo otro llamado azar es una pose. Quería hacer una partitura para cantante (siempre pienso en Moxi Beidenegl, mientras trato de terminar una obra para ella y objetos sonantes y no sonantes) escrita en IPA (International Phonetic Alphabet). Parece que por ahora nopa. El campo de las cosas por hacer es extenso y creo que el plan es cranear y corporizar los nexos. Es decir, no forzar. Es preferible dejar de hacer y no andar forzando. Como decía Kagel "tengo un contenedor de basura bastante grande". No hay que temer esas cosas que quedan ahí "sin destino". Flotando. En otras palabras también decía eso Debussy. Sigo leyendo notitas al azar de cuadernos y me encuentro con una que dice "dif entre sintetizar y analizar". Son momentos donde me importan los significantes y un significado que sea como una imagen con cuerpo. Tengo algunas ideas al respecto pero supongo que hoy no me interesa desgranar. El término es desplegar cuando viene de un pliegue (creo que viene de Leipzig pero no estoy muy seguro). Todo ahí hecho un bollo (sería la "síntesis", pienso a veces). Y el despliegue sería como abrir todo un paño de posibilidades. Como el muestrario de algún artesano. (continuará)

18.6.13

Es preciso haber triunfado de la multiplicidad, de la variedad, de la confusión.

"Es un principio corriente imaginarse que el arte ha comenzado por lo simple y natural". (...) "Lo simple considerado como carácter de lo bello es un resultado. No se llega a ello sino después de haber pasado por múltiples formas intermedias. Es preciso haber triunfado de la multiplicidad, de la variedad, de la confusión. La simplicidad consiste entonces en ocultar todos los preparativos y andamiajes anteriores, de modo que la libre belleza parezca surgir sin obstáculo, como un chorro de agua...". (...) "Estos caracteres generales, como se reproducen en todas las artes, es costumbre designarles bajo los nombres de estilos severo, ideal y gracioso. Son los diferentes estilos del arte. Se aplican principalmente al modo general de concepción y de representación; a la forma exterior como careciendo de libertad, libre o sobrecargada de detalles, y en general, a todos los aspectos por los cuales la determinación de la idea penetra en la manifestación exterior; a la ejecución técnica y a la manera de ser empleados los materiales del arte". (...) "1) El estilo, tal como debemos considerarlo aquí, comienza con el arte propiamente dicho. En sus comienzos es áspero y rudo, pero temperado ya por una belleza severa. Este estilo es lo bello en su alta simplicidad; se vincula al elemento esencial, lo expresa y representa en sus masas y desdeña todavía la gracia y el atractivo; se deja dominar por la cosa misma y consagra poco cuidado al trabajo de los accesorios. (...) Se contenta con esa impresión general y grande que nace del propio tema y de su expresión". "2) Viene en segundo lugar el estilo ideal, el estilo puro, el gran estilo, que está en un término medio entre la expresión simple y la tendencia totalmente inclinada a lo gracioso.(...)la gracia nace del deseo de producir placer en el auditor o en el expectador, mientras que el estilo severo la desdeña.(...) No violenta ninguna forma, ninguna parte; cada miembro aparece independientemente, goza de existencia propia, y sin embargo se conforma con ser únicamente un momento en el todo". (...) "3)Pero cuando esta tendencia va más lejos el estilo ideal pasa a lo gracioso, a lo agradable". [Hegel, Sistema de las artes]

2.4.13

A la búsqueda del GESTI

Comenzar el Gesti. Sí, por la palabra italiana, plural de gesto y también por Grupo de Experimentación Sonora y Teatro Instrumental. Hay un par de lugares en trámite y también la posibilidad de hacerlo a pulmón en una casa particular. La que yo vaya a alquilar en estos meses. La palabra experimentación tiene un fuerte componente extraño a lo usual (cosa que no me gusta) y un cierto tufillo a laboratorio científico (que tampoco es de mi agrado). Pero, el viejo diccionario Salvat ya decía que "Experimentar es notar en sí una cosa, como la gravedad o el alivio de un mal". Y, para mí, algo tan agudo de parte de un mataburros, no es poca cosa a la hora de comparar los tantos. Más allá del nombre, el proyecto consiste fundamentalmente en trabajar en conjunto la parte educativa con músicos y no músicos interesados en la composición musical con dos orígenes simultáneos: la improvisación direccionada al bricolage compositivo (componer a partir de lo que hay en cada caso), unas veces a partir de objetos cotidianos más o menos constituídos en "instrumentos musicales", otras veces a partir de instrumentos musicales tradicionales o inventados, y al diseño de partituras y espacios para la presentación de las músicas que surjan. El hecho de compartir un espacio con otros para escuchar (y ver) música compuesta para dicho espacio es de importancia capital. Escuchar es diferente si es en compañía de otras personas. Tengan o no que ver con nosotros. Quizás sea como bailar sin contacto físico. Un acto de resistencia, como diría Deleuze (que viene a cuento aún sin especificidad, en más de una oportunidad). Dos espacios y a la vez muchos otros subordinados o derivados. El espacio concierto y el espacio estudio y preparación de las músicas.

31.1.13

...la fisura misma de lo simbólico...

Allá (Roland Barthes)
Si quiero imaginar un pueblo ficticio, puedo darle un nombre inventado, tratarlo declaradamente como un objeto novelesco, fundar una nueva Garabagne, sin comprometer así ningún país real en mi fantasía (pero entonces esta misma fantasía es la que comprometo en los signos de la literatura). También puedo, sin pretender en absoluto representar o analizar la menor realidad (he aquí los gestos mayores del discurso occidental), tomar de alguna parte del mundo (allá) un cierto número de rasgos (palabra gráfica y lingüística) y con esos rasgos formar deliberadamente un sistema. A este sistema lo llamaré: el Japón. Oriente y Occidente, por tanto, no pueden tomarse aquí como "realidades", a las que se intentaría aproximar y oponer histórica, filosófica, cultural y políticamente. No miro amorosamente hacia una esencia oriental, el Oriente me es indiferente, me proporciona tan sólo una reserva de rasgos cuyo despliegue, el juego inventado, me permite "acariciar" la idea de un sistema simbólico inaudito, totalmente desprendido del nuestro. A lo que puede tender, en la consideración del Oriente, no es a otros símbolos, otra metafísica, otra sabiduría (aunque esto pudiera parecer muy deseable); sino a la posibilidad de una diferencia, una mutación, una revolución en la propiedad de los sistemas simbólicos. Sería necesario que un día se hiciese la historia de nuestra propia oscuridad, manifestar lo compacto de nuestro narcisismo, volver a evaluar a lo largo de los siglos cualquier pauta de diferencia que a veces hayamos podido oír, las recuperaciones ideológicas que se han sucedido indefectiblemente y que consisten siempre en aclimatar nuestro desconocimiento de Asia gracias a lenguajes conocidos (el Oriente de Voltaire, el de la Revue Asiatique, el de Loti, o el de Air France). Hoy sin duda quedan miles de cosas por aprender del Oriente: un enorme trabajo de conocimiento es y será necesario (retrasarlo no puede ser más que el resultado de una ocultación ideológica); pero es preciso también que, aceptando dejar de un lado y de otro inmensas zonas de sombra (el Japón capitalista, la culturización americana, el desarrollo técnico), un tenue hilillo de luz busque, no ya otros símbolos, sino la fisura misma de lo simbólico. Esta fisura no puede aparecer a la altura de los productos culturales: lo que aquí se pretende no es propio (por lo menos así lo deseo) del arte, ni del urbanismo japonés, ni de la cocina japonesa. El autor no ha fotografiado jamás, en ningún sentido, el Japón. Más bien ha sido lo contrario: el Japón lo ha deslumbrado con múltiples destellos; o mejor aún: el Japón lo ha puesto en situación de escribir. Esta situación es, en sí misma, el lugar donde se opera un cierto estremecimiento de la persona, una inversión de las antiguas lecturas, una sacudida del sentido, desgarrado, extenuado hasta su vacío insubstituible, sin que el objeto nunca deje de ser significante, deseable. La escritura es, en suma, a su manera, un satori: el satori (el acontecimiento Zen) es un seísmo más o menos fuerte (en ningún momento solemne) que hace vacilar al conocimiento, al sujeto: realiza un vacío de palabra. Y es también un vacío de palabra lo que constituye la escritura; en este vacío tienen su origen los rasgos con los que el Zen, en la exención de todo sentido, escribe los jardines, los gestos, las casas, los aromas, los rostros, la violencia.

21.1.13

Flecha del tiempo

Una parva de sonidos-forma. Hay que crearlos de manera que no respondan a una clasificación evidente y desmontable en piezas muy rápido. Hay que ganar tiempo. Tiempo es el tiempo de andar buscando rastros por ahí. Las búsquedas aplacan las búsquedas que emprendemos para vivir componer y no pueden terminarse de corrido, en un ataque fugaz, furioso, intenso, superficial, místico o lo que sea. Las cosas son así y tiempo es lo único que hay para medir.

2.1.13

Extrañas variaciones ... (Acta levantada sobre el interrogatorio a J.S. Bach por no presentarse a tiempo a su trabajo de organista)

Acta levantada el 21 de febrero de 1706 (Bach tenía 21 años) Comparece ante Nos el organista de la Iglesia Nueva, Bach. Se le pregunta dónde ha estado últimamente tanto tiempo y quién le dio licencia para ausentarse de su cargo. El: Dice que estuvo en Lubeck, para imponerse allí acerca de diversas cuestiones relacionadas con su arte, y que, antes de ausentarse, solicitó y obtuvo licencia del señor Superintendente. El Dominus Superintendens: Manifiesta que sólo le concedió licencia por cuatro semanas, habiendo, sin embargo, el organista, permanecido ausente cuatro veces más del tiempo señalado. El: Alega que, habiendo dejado a cargo del órgano a una persona que pudiera atender a sus funciones, confiaba que lo haría de tal modo, que no hubiese lugar a ninguna queja. Nos: Le hacemos ver que, en su actuación anterior, el organista Bach introducía en el coral muchas extrañas variaciones y muchos tonos ajenos a la melodía, sembrando con ello la confusión entre los feligreses. Que, en lo sucesivo, cuando quiera introducir un tonum peregrinum, debe desarrollarlo, y no pasar bruscamente a otro, o incluso, como ha solido hacerlo hasta ahora, atacar un tonum contrarium. Es asimismo harto sorprendente que, hasta ahora, no se haya hecho nada de música, de lo que es culpable él, ya que no quiere comportarse con los alumnos como es debido, pues no les explica si se propone tocar, con ellos, música choral o figural. Se le hace saber que no es posible ponerle un maestro de capilla. Si él no quiere encargarse de esto, debe decirlo categóricamente, para que otro lo haga y para que pueda nombrarse a quien asuma estas funciones. El: Manifiesta que, si se le pone un buen maestro, tocará como es debido. Resolvitur: Deberá explicarse en término de ocho días. Eodem: Comparece el alumno Rambach y se le hacen saber las quejas que hay por los desórdenes ocurridos anteriormente en la Iglesia Nueva, entre los alumnos y el organista. Ël: Declara que el organista Bach, primero, tocaba durante un tiempo excesivamente largo y que, cuando el señor Superintendente se quejó de ello, cayó en el extremo contrario, tocando con excesiva brevedad. Nos: Le preguntamos si es cierto que el último domingo, durante el sermón, se fue a la taberna a beber. Ël: Manifiesta que está arrepentido de ello, que no volverá a suceder y que ya los señores eclesiásticos le han reprochado duramente este proceder. Alega que el organista no tiene razón para quejarse de él como director, pues no ha sido él, sino el joven Schmidt, quien ha dirigido. Nos: Le hacemos saber que en lo sucesivo, deberá comportarse de un modo muy distinto y mejor que hasta aquí, pues de otro modo le serán retirados todos los beneficios que viene disfrutando. Si tiene algo que alegar contra el organista, debe aducirlo donde corresponde, y no tomarse la justicia por su mano, sino conducirse de modo que no dé lugar a quejas, como así lo promete. Se notifica al Conserje que comunique al Rector la decisión de que Rambach pase en la cárcel dos horas durante cuatro días seguidos. [Phillipp Spitta, J.S. Bach]