3.11.09

Moratalaz y Vicálvaro.

Como una especie de alusión a personajes de ópera. Quizás como detrás de la escena de alguna ópera o de los atributos de óperas del verismo italiano. La cuestión es que Moratalaz y Vicálvaro es la obra que estreno en Mallorca el 25 de noviembre próximo y no es una ópera en el sentido convencional antes esbozado pero sí es una ópera en un sentido más próximo a la música de Luigi Nono.

Es una obra escénica para caminadora (Cecilia Arditto, a quien está dedicada) y tubo de polietileno.

Cecilia debe caminar el escenario de acuerdo a cuatro recorridos diferentes, estratégicamente diferentes. En el primero, deberá marcar su territorio. En el segundo, desplegarse desde un punto describiendo un rodeo semejante a una espiral hacia la izquierda y terminando hacia la derecha del punto de partida. El tercero partirá de un punto e irá hacia otro lugar para regresar al punto de partida antes de iniciar un nuevo despliegue. En los primeros tres la caminadora solista deberá empuñar una linterna que está siempre encendida marcando sus pasos. La novedad es que en el cuarto y último la linterna es apagada y encendida, por ello veremos su sendero como no lineal. Cada vez que la linterna es apagada se producirá un corte en su, hasta ese instante continuo trayecto o fraseo.

De la parte del tubo de polietileno que interpretaré (¡Oh!) yo mismo quiero destacar dos cosas. La primera es que el instrumento lo deberé construir en el transcurso de la obra. Sobre unos 25 m de tubo de polietileno tendré que recortar 3 m y darle forma de instrumento de viento semejante a la tutruca de la música folklórica chilena, boliviana y peruana (y a otros, de otras latitudes, en el Tibet hay unos buenísimos, etc). La segunda es que el tiempo lo marca la parte de la caminadora, cuya partitura está escrita en cantidad exacta de pasos pero que tiene cierta libertad para darle el tempo que quiera darle a la obra. Es decir que la parte del tubo de polietileno está escrita en notación tradicional supeditada no a un tiempo cronológico sino a un tiempo humano y de ciertos ritmos propios del caminar.

El nombre de la pieza viene de dos lugares geográficos de Madrid muy cercanos a Vallecas, donde realicé los primeros diseños de estos caminares. Como casi siempre sucede con mis proyectos, no vienen solos, así que derivará en una serie de trabajos cuyo futuro apenas puedo adivinar.

2 comentarios:

Silvia dijo...

Que propuesta de obra muy interesante Gabriel, luego nos cuentas entonces.
Cariños!

gabriel dijo...

Sí, espero que funcione! Gracias Silvita!!