19.12.13

Sobre "los paradójicos"

son instrumentos que no suenan pero agitan el aire. Hay componentes poéticos y visuales, la mayoría de las veces los utilizo para acompañar grabaciones sonoras. Por ejemplo, "Un sonido antiguo" (versión Amsterdam, 4 de octubre de 2008 con la bamda T.I.T.O., por Transindustriell Toy Orchestra) o la de "Fenomenal" (Museo de Arte Moderno de Mendoza, 13 de octubre de 2012). Algunos: "chimes de seda", es un trozo de tela (podría ser seda por la forma en que se despliega en el aire). El modo de acción es agitar, como una chapa de acero u otro instrumento similar; "baquetas de aire", baquetas reales, encontradas o fabricadas, para golpear el aire. Cito estas dos porque sus componentes visuales son efectivos. Es fácil ver una relación entre el evento físico escénico y los componentes electrónicos. Es decir, la interpretación es poética, clara, de "buena forma" (para citar a la gestalt psicologie). Otros dos posibles tienen problemas escénicos de interpretación que pueden resolverse con un trabajo actoral más virtuoso, menos intuitivo: La "rama-cello", donde hay que apelar al tacto, al mero contacto de yemas de los dedos y su deslizamiento en la superficie de la rama. La "botella de viento", una especie de instrumento de viento cuyo soplido no sale como sonido sino que queda en silencio. Otros: (algunos ya los hice hace años) El "cartoneón", una especie de bandoneón de cartón. La primera versión era de un cartón corrugado que así solo ya era un instrumento para utilizar en plan concierto. Se me ocurre otra versión con láminas de cartón unidas por cinta de embalar (de papel o tela). El "arco de brazo", un arco que puede ser más o menos flexible (buscar posibilidades) para pasar con mano derecha sobre el antebrazo izquierdo. Cito la amable nota de Cecilia Arditto en Amsterdam http://lacocinadece.blogspot.com.ar/2008/11/gabriel-cerini.html

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