28.12.11
6.12.11
Liberar extrañas fuentes

El silencio a veces es el precio doloroso del ruido. De un mal ruido.
Orquestar los lugares vacíos con sonidos vacíos de sonido es apenas
una consecuencia fabulosa.
Dejar sonar y subrayar.
Puntuar solamente.
Liberar extrañas fuentes
de su holocausto portátil.
Escuchar es sobrevivir
a ese silencio despiadado.
Etiquetas:
Improvisar y después,
Tiempo real
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